No sabes con cuántas ganas
necesito decirte gracias.
Gracias por querer a esta mujer-ave y también a esta mujer-jaula, por aceptarme así con mis infinitos estados de ánimo diarios, por no intentar salvarme de nada y por salvarme de todo sin darte cuenta.
Gracias por la ambivalencia
de tu presencia en mi vida,
por dolerme
y hacerme feliz al mismo tiempo.
Toda mi gratitud contigo porque eres la única persona a la que no necesito gritarle para que venga, porque no me haces preguntas, solamente me abrazas, solamente me cuidas y el dolor corre ahuyentado a otros sitios.
Gracias porque en ti yo existo sin restarme ni agregarme nada, porque sonrío si quiero, lloro si quiero, vivo aún no queriendo.
Siempre me devuelves a la vida.
Me invitas a la alegría,
pagas el precio por verme despierta.
Gracias por respetarme los tiempos y por la rebelión de tus te quiero en mis días malos.
Por mirarme, por verme así, por enseñarme tanto. Gracias por tu amor ese sin títulos idiotas, ese libre, puro, auténtico, profundo, eterno.
Gracias por entenderme así completa con mis plumas y barrotes, con mi sangre y entre tintas.
Te quiero, lo sabes.
Te quiero desde esta prisión
que es mi corazón.
Siempre serás
el niño de mi alma.
Amy Rodriguez
Comentarios