Requiem de Madre
María Elena Walsh
Aquí yace una pobre mujer
que se murió de cansada.
En su vida no pudo tener
jamás las manos cruzadas.
De este valle de trapo y jabón
me voy como he venido,
sin más suerte que la obligación,
más pago que el olvido
mudo (4)
Qué problema habría si te digo
que te quiero invitar a mi vida.
A conocer los rincones de mi casa dónde siempre me quedo callada y nadie pretende entender mi silencio.
Presentarte mis fantasmas y pedirte que los asustes un poco, a vos, que los míos no
Hoy he abierto los ojos
con el corazón empalmado.
Y en el pecho.
Cinco botones.
Que esperan
ser desabrochados.
Y en el pecho.
Dos esterlicias.
Que esperan cobijo.
Y en el pecho.
Yo.
Esperándote.
A ti.
A un hombre.
Un hombre con miedo a la muerte.
Pero no a la vida.
Requiem de Madre
María Elena Walsh
Aquí yace una pobre mujer
que se murió de cansada.
En su vida no pudo tener
jamás las manos cruzadas.
De este valle de trapo y jabón
me voy como he venido,
sin más suerte que la obligación,
más pago que el olvido