Cuando parece que nada te hará cambiar de idea ni parecer, llega ese momento que te lo cambia todo, una llamada, un clic que te abre los ojos y tu mundo ya no es el mismo, ni tienes las mismas ideas.

Lo que ayer era de una manera, hoy ya no lo es, ya nada es igual. Tu pasado no lo recuerdas igual, tu presente es distinto y el futuro ya no es el que creias que…

Como Quijote a veces se encuentra uno en los asuntos del corazón, luchando entre molinos y contra el viento, sin Sancho que te escude, por una Dulcinea que no es dulce y que bien pudo quedarse en el Toboso, o en cualquier lugar del que ni el nombre quiero saber ni me quiero acordar.