Entre mis recuerdos busco aquél no muy distante cuando un día entre la soledad congelante surgió la esperanza para creer de nuevo en el amor.
Para creer de nuevo en las buenas personas, para creer de nuevo en lo feliz que se puede llegar a estar con alguien, alguien que nos ayude, que nos apoye, que nos complemente, que no impulse a ser mejor, que nos motive a sacar lo mejor de nosotros.
Los que me rodean son una fuente continua de educación e inspiración sobre cómo quiero que sea mi relación, porque con ellos hay ocasiones donde se pone en práctica nuestra inteligencia emocional para asimilar y aprender tanto